La publicidad se crea con el objetivo de captar la atención por algún producto o servicio y hacer que el público se interese tanto al respecto que termine comprándolo o adquiriéndolo. Por supuesto si se trata de comida, la situación no cambia, todo gira alrededor de despertar el deseo en los posibles consumidores de probar el producto y en caso de que exista algún tipo de oferta, el atractivo por ello aumenta de manera considerable.
Al mismo tiempo, la publicidad también puede ser no más que un engaño cruel en ciertas ocasiones, puede verse cautivadora e increíblemente prometedora, pero al final resulta como la estafa más terrible del año y tratándose de comida la decepción es aún peor. En consecuencia, resulta vital ser sumamente cuidadoso para no ser víctima de algunos ejemplos publicitarios como los de la lista a continuación.
1. Este hot dog… luce como si ya lo hubiese masticado un perro.
2. Parece que se les olvidó un detalle…
3. No se parecen ni en una cosa.
4. Todo puede ser acomodado o arreglado de forma estratégica, pero la realidad es muy distinta.
5. Una media copa de chocolate.
6. ¿Quién se ha robado las moras?
7. Sin duda es un empaque bastante conveniente.
8. Donas con relleno de Nutella.
9. Piensas que su precio es de 5 dólares, pero si prestas suficiente atención verás que realmente cuesta 5.99 dólares.
10. Esto debería ser considerado un crimen de alta gravedad.
11. Cuando pides la cerveza grande, lo único que aumenta es el tamaño del vaso.
12. Ya se ha dicho: todo está en cómo se acomoden las cosas.
13. Un envase que ahorra… galletas.
14. Saca por ti mismo las conclusiones.
15. El poster promete una cubeta para llenarla con los dulces que desees y esta es la cubeta.
