Esta noticia que en su momento alarmó a los japoneses al ser algo que nadie se explicaba de dónde surgió, hoy ya sabemos de qué se trataba todo este alboroto. En un principio, se pensaba que su procedencia era extraterrestre, quizás una parte de una nave espacial que se desprendió y cayó en la costa de Japón.
Todo el revuelo y el pánico fue a raíz de una desinformación por parte de las autoridades niponas, a tal punto, de especular que se trataba de una forma de espionaje sofisticado de alguna de las potencias rivales en el mundo. Al final, todo resultó ser una simple boya utilizada en los mares.
A veces lo más simple termina siendo lo más coherente con todo lo ocurrido tras un misterioso suceso. Aunque si lo pensamos, es más evidente que se trate de una boya marina que algún dispositivo de procedencia dudosa.
El objeto fue encontrado por una mujer, la cual iba caminando por la playa de Enshuhama. A partir de este avistamiento, fue que las autoridades correspondientes y el resto de personas en la zona comenzaron con las especulaciones.
Luego de que los días pasaran, hay quienes fueron descartando posibilidades, como de que se tratara de una bomba a punto de estallar. Sin embargo, era algo que no había pasado a mayores por suerte, aunque este simple hecho no le quitaba esa aura de misterio que emanaba aquel objeto redondeado.
Gracias al New York Times y otros implicados, por fin se supo la verdad y las alarmas bajaron en gran medida, pasando de utilizar equipamiento sofisticado antibombas, a usar ropa común y acercarse sin miedo para ver la boya con mayor detenimiento.
En cuanto al destino de la boya, lo único que queda es enviarla a un lugar donde reciclan chatarra para darle una nueva vida.